Habilidades y aptitudes para ser emprendedor

Hoy en día existe una corriente de pensamiento que coloca al emprendedor como el triunfador del mañana. Encontramos montones de referentes que con o sin formación, claman que lo más importante es tener una idea, diferenciarse del resto y encontrar tu valor añadido. Ese valor diferencial que nos hace tener un hueco en el mercado que sólo pueden satisfacer unos pocos. Esta forma de hacer negocio no es algo reservado a unos pocos elegidos por el azar o la suerte. Ser un emprendedor no es un destino sino un camino, vamos a hablar de algunas de las habilidades y aptitudes que conviene desarrollar en vistas a ser un emprendedor de éxito.

Vamos a distinguir en 3 los ámbitos en los que uno puede potenciar su carácter emprendedor, 3 áreas que conforman la base sobre la que se construye nuestra identidad como si de un producto se tratase.

  • Aptitudes Personales
  • Habilidades Sociales
  • Habilidades de Dirección

Aptitudes Personales

Nos referimos aquí a las habilidades para con nosotros mismos. En este punto encontramos competencias que vienen con la gracia o soltura en nuestro propio carácter, que sin embargo son cultivables y mejorables como cualquier otra.

- Perseverancia

Este aspecto determinará la capacidad de levantarnos frente a la adversidad. Pese a toda la mesura y estudios previos a la implantación nuestro negocio o la ejecución de cualquier acción comercial, el mercado está lleno de factores que se escapan a nuestro control (competencia, cambios en tendencias, cambios en legislación, etc.) Ante esto sólo podemos prevenir riesgos y disponernos a volver a intentarlo. La idea del triunfador que comenzó en un garaje y hoy en día dirige una multinacional, esa idea de el éxito continuo no existe, es una fantasía. Siempre se atraviesan dificultades en mayor o menor medida. El éxito estará más cerca cada vez que nos sobrepongamos con lo aprendido.

- Autonomía

Un buen emprendedor no espera que actúen por él. Es esa decisión lo que permite llegar antes que otros al objetivo. No depender de los demás nos hace cabeza y no cola. Este carácter puede tenerlo un buen emprendedor antes incluso de saber en qué negocio se embarcará.

- Confianza

La confianza en uno mismo y en sus decisiones nos permite darlo todo en nuestro proyecto. Una vez sopesados los riesgos y asumidos estos, podemos apostar fuerte por nuestra idea. No esperemos que nos tomen en serio si ni siquiera nosotros confiamos en nosotros mismos, hemos de trasmitirlo.

- Sentido crítico

Tener la capacidad de emitir un juicio propio nos ayudará a diferenciarnos del resto. Y no sólo hacer esa valoración crítica de otros sino también de nosotros mismos, esto nos ayudará a saber rectificar y no cometer los mismos fallos. Aprender así de nuestros logros y de los del entorno al igual que de los errores.

- Creatividad

Al contrario de lo que comúnmente se cree, no se es una persona creativa o no, es una cualidad como otras que está sujeta al trabajo que invirtamos en ella. Bombardearnos a nosotros mismos de fuentes de inspiración, aumentará nuestra capacidad de pensar fuera de lo convencional, crear conceptos nuevos, relacionar conceptos existentes de una forma nueva, encontrar distintos usos o formas más eficientes de uso de estos.

Habilidades Sociales

Para este ámbito consideraremos aquellas destrezas para la interacción con otros, que nos serán necesarias para tratar con aquellos que cooperen con nosotros, con  aquellos con los que pretendamos cooperar, como con aquellos que sean rivales nuestros.

-Capacidad de trabajo en equipo

«Si quieres llegar rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado«. Es crucial ser capaz de delegar en los demás y permitir que deleguen en ti. Aquí entran en juego distinguir y gestionar las personalidades y habilidades de cada uno. Hay que saber escoger las personas que estarán en tu equipo y crear equipos que puedan funcionar.

-Asertividad

Para obtener sinergia de proyecto en equipo, es interesante poder aprovechar los recursos con los que contamos, la aportación de cada uno del grupo. Debemos defender nuestros deseos a la vez que reconocemos y respetamos los de los demás. De esta forma podemos nutrirnos de las ideas y correcciones de los demás al mismo tiempo que ofrecemos nuestra aportación.

-Habilidad comunicativa

Es quizás la más importante de las habilidades sociales, aquí reside la clave para hacernos oír. Poseer habilidades comunicativas conlleva controlar tanto el lenguaje verbal como el físico. Entender que todo lo que se hace o se deja de hacer transmite un mensaje. No consiste en sólo expresar, también comprende en saber dejar expresar al otro y en leer el silencio de éste. Es aquí donde podemos conseguir un mayor poder de persuasión. 

Habilidades de Dirección

Para este grupo englobamos las capacidades del emprendedor como guía de su acción y la de los demás. Todo los procesos previos y posteriores a la acción.

-Planificación, organización y optimización de recursos

El fin de una planificación y una organización exhaustiva es no dar un paso en falso, saber hacia dónde nos dirigimos y con qué contamos, de esta forma poder disponer de la mejor manera los recursos, ya sea tiempo, capital o personal. En este punto nos interesa conocer el entorno, hay que contemplar lo que somos pero también en qué medio estamos, entender que las cosas pueden salir mal y con ello tener la capacidad de reaccionar, también debe entrar en esa planificación.

-Persuasión

Intrínsecamente relacionado con nuestra habilidad comunicativa como ya hemos mencionado. No hay que confundir con manipular; los acuerdos deben estar basados en la confianza, no en ningún tipo de coacción. De este modo la persuasión consistiría en conocer cómo dar fuerza a nuestros argumentos ya sea con la competencia o con aquellos que trabajamos.

-Liderazgo

Este aspecto va más allá de una jerarquía de mando, no hay que confundir liderar con mandar. Nos interesa ser capaces de hacer complices a los demás, conseguir una implicación desde su propia voluntad. Para ello debemos trasmitir nuestra ilusión e inquietudes a otros, así una empresa que funciona como una unidad, será mucho más eficiente y la comunicación será más fluida que una que funciona como departamentos estancos.

-Toma de decisiones y asunción de responsabilidad

Algo crucial y posiblemente la aptitud que más cueste desarrollar. Está muy ligada a la experiencia la toma de decisiones porque en ésta encontramos confianza en las cuestiones que no dominamos.  Aquí buscamos iniciativa y seguridad, todas las otras habilidades confluyen aquí, un buen emprendedor avanza con paso firme siendo consciente de los riesgos y habiendo dispuesto para minimizar estos, a la vez que supera los miedos que puedan bloquearle. La toma de decisiones en estado de crisis es algo para lo que sólo la experiencia puede prepararnos, conviene tener una base fuerte en las demás habilidades para este momento.

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