TENDENCIAS EN REDES SOCIALES PARA EMPRESAS 2022

En los últimos años hemos vivido el crecimiento de las redes sociales, tanto en cantidad como en popularidad. Si bien siendo unas plataformas que como otras están también sujetas a la moda y son susceptibles de perderse. Sin embargo el número de usuarios ha aumentado y abarca hoy unas horquillas de edad más amplias. Todo esto con su segmentación correspondiente, que muchos negocios (nativos digitales o no) han sabido interpretar y canalizar sus mensajes para conectar con su público objetivo. 

La evolución de las redes sociales hasta este 2022 nos viene enseñando, que mientras unas redes se especializan en unos nichos, otras abarcan cada vez más funciones rompiendo con su naturaleza original. Este es un aspecto que las Ecommerce más adaptativos han sabido aprovechar y usar como una línea de negocio paralela. Que funciona de forma autónoma con sus reglas de comunicación y sus mensajes concretos.

A lo largo de esta publicación, hablaremos algunos de las corrientes que condicionarán la comunicación en redes para empresas, comentando las circunstancias que han dado pie a esa realidad que nos roca vivir este 2022.

Contenido creado por usuarios

Originalmente todas las redes sociales han tenido un inicio orientado a su público que son los usuarios particulares, con el tiempo hemos visto el uso corporativo para cada plataforma. Esta transformación no siempre es bien aceptada y de alguna forma su contenido se consume de otra forma. En ese punto para evitar el rechazo, las empresas tratan de adaptar sus contenidos para que se mimeticen con el resto de las plataforma. Esto no siempre es una apuesta segura y no deja de tratarse en ocasiones como un impacto publicitario no deseado, que despunta en un universo que muestra contenidos de otros usuarios con los que el consumidor se identifica. Esta problemática lleva a muchas empresas y grupos comerciales a forjar la figura del influencer.

Apogeo de los influencers

La ramificación del marketing que plantea la figura de un embajador de una marca a través de redes se conoce como influencer marketing. Estas colaboraciones forjadas en el interés mutuo persiguen por lo general establecer la conexión con un perfil afín al público de la marca. Pero también han resultado ser muy efectivas colaboraciones de marcas con influencers con un corte de edad o actividad muy distinta del insight que genera la empresa en el público. Pudiendo derivar en un replanteamiento de la identidad corporativa o simplente aumentando el target.

La producción de contenido de estos embajadores queda en muchas ocasiones patrocinada o incluso supeditada a los briefing que facilitan las empresas, y es entonces cuando entra en juego las distintas formas de comunicación de las redes. El mensaje corto de forma dinámica será la joya de la corona, formatos de vídeo o imagen dónde puede verse el servicio o producto que se promociona. Esto lo encontramos en redes como Instagram o Tiktok. El contenido patrocinado de mención o de product placement queda relegado a plataformas que debido a su algoritmo premien otro tipo de contenidos, sería el caso de Youtube y Twitch.

El influencer marketing  para redes sociales es sin embargo un concepto que en su corta vida ha experimentado muchos cambios y que también veremos este año. Sin ir más lejos recientemente se aprobaron unas limitaciones para la promoción de ciertos productos de alimentación mediante figura del influencer, lo que suscita dudas si la categorización de esos productos se corresponderá con una lista cerrada o estará sujeta a la interpretación legal.

Contenidos adaptados

Un detonante crucial para el crecimiento en el volumen de usuarios que han experimentado las redes es la situación económica-política-social que estos 2 años se ha vivido. Las restricciones de movilidad además del bombardeo de información y contenido que en gran parte se ha canalizado a través de redes es en gran parte causa de este crecimiento. Esto nos plantea un nuevo paradigma en el que se aumenta sin precedentes el número de usuarios y también la heterogeneidad de estos. Lo que se traduce en una adaptación de contenido para hacer más eficaces los impactos de los mensajes. Hoy en día con la aceptación de políticas de cookies se abren puertas a estos caminos. Esto nos lleva a esa situación paradójica en la que las empresas luchan por datos, hasta el punto en el que el intercambio pecuniario parece incluso relegado en una primera instancia. Y es que está comprobado que para este año que resulta más rentable el marketing que fideliza clientes en redes que la consecución de clientes nuevos, una prueba más de que aquel que posee los datos posee el poder.

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Protección contra la Desinformación

Es cierto que recibimos millares de impactos publicitarios al día a través de multitud de canales. Internet ha creado una nueva vía para hacernos blanco de estos mensajes, pero también ha cambiado la forma de recibir la información. En un tiempo donde las imprentas de periódicos encuentra su último estertor, los canales de información se ramifican infinitamente para atender al mismo público. La oferta se dispara para una demanda que no crece al mismo nivel. La información nos llega a través de cada vez más vías (periódicos digitales, anuncios, plataformas de pago…). El precio de las visitas es cada vez más alto en un mercado tan competido y recursos como el sensacionalismo y el famoso click bait, forman parte de nuestro día a día. Los casos extremos plantean una tergiversación de los datos cuando no una visión sesgada o incluso la falsificación. Esto llevó en 2021 a incluso plantearse medidas con intervención gubernamental para el control de las conocidas fake news, que en muchos casos pueden responsabilizar a plataformas o empresas usuarias de estes de la desinformación. A día de hoy podemos ver redes como Twitter que reservan espacio en sus interfaces para invitar a los usuarios a contrastar los contenidos que consumen. Esto condicionará los mensajes lanzados en redes sociales y con ello la comunicación de las empresas.